Miércoles 26 de Julio de 2017

Hoy el plan que tenemos es visitar por la mañana Asakusa y por la tarde Ueno, así que cogemos el metro hasta Asakusa sobre las 9 de la mañana. Para comprar los billetes de tren en las maquinas de la estación te aparece un menú donde seleccionar el importe del trayecto. Y ¿cómo sabes el importe? pues sobre las maquinas hay un plano en el que tienes que buscar la estación donde quieres ir y al lado del nombre de la estación aparece el importe. Aquí está un ejemplo de un plano de la estación:

Plano de metro en la estación de Yokohama

Es imposible encontrar una estación ahí!! Está todo en japonés!!! La primera vez nos salvó una chica japonesa que nos indicó el importe, y otras veces nos salvó el maravilloso Google Maps, que además de indicarte la línea, la hora, e incluso el andén, te indica también el precio del billete. Otra cosa que nos vino muy bien fue comprar una tarjeta Suica. Esta tarjeta la pasas en el torno al entrar a la estación,  la vuelves a pasar en el torno de salida y te restan el importe exacto según el trayecto que hayas hecho abstrayéndote de todo el jaleo de buscar los importes. El inconveniente es que las recargas son de un mínimo de 1.000¥ (unos 8€), así que si por ejemplo es tu último día y no piensas gastar todo el dinero te tocará apañártelas para comprar los billetes en las maquinas expendedoras.

Salimos de la estación de Asakusa cruzando el callejón subterráneo Chikagai, y a esa hora, las 9:40, estaban todas las tiendas cerradas así que no pudimos ver nada… Nos acercamos al centro de información turística, y subimos al mirador de la última planta desde donde se puede ver el templo Sensō-ji o la Sky Tree. Las vistas tampoco es que sean impresionantes, pero es gratuito.

Vistas al templo Senso-ji desde el centro de información turística

Como estaba lloviendo y no habíamos desayunado decidimos ir primero a Kagetsudō bakery, una pastelería famosa por el melonpan que vende desde 1945. Estaba muy bueno, recién hecho, calentito y super crujiente por fuera. De camino también cogimos un Taiyaki en una tienda que los estaba haciendo al momento. Los tenían rellenos de anko o de patata dulce. Por innovar pedimos el de patata por 216¥ y estaba muy bueno, aunque tampoco nos entusiasmó demasiado. Había carteles que decían que no podías caminar mientras comes, así que en todas las tiendecitas tenían una zona con unos bancos para que pudieras comer allí.

Melonpan recién hecho en Kagetsudō bakery

Taiyaki de patata dulce

A las 11 entramos al templo Sensō-ji. Es uno de los templos mas famosos de Tokio, así que no te puedes ir de allí sin visitarlo, pero a nosotros tampoco nos cautivó demasiado. Es bonito y llama la atención que un templo así se encuentre dentro de la ciudad de Tokio, pero durante todo el viaje hemos visto muchos otros templos y este nos ha parecido uno más, con el inconveniente de que siendo tan famoso está lleno de gente. Hay muchas tiendas de recuerdos en la calle Nakamise, el pasillo que une la puerta Kaminarimon con el templo, pero los precios son algo caros y obviamente muy orientado al turismo.

Seguía haciendo mal tiempo y la Sky Tree estaba cubierta de nubes, así que decidimos ir directamente desde Senso-ji hasta la calle Kappabashi. Se trata de una calle donde hay un montón de tiendas orientadas a vender artículos para los negocios, principalmente hostelería. Así que allí pudimos encontrar farolillos, menaje de cocina como por ejemplo espátulas para el arroz, o planchas de curry de las que se utilizan en los restaurantes. Compramos una plancha de la marca “Home” por 1.035¥ mas impuestos y otra de la marca S&B por 734¥, y recomendamos sin duda la de la marca S&B, muy buena. Son tiendas donde compran los restaurantes así que las planchas son grandes, de 1Kg, y nosotros que lo hemos usado bastante habremos gastado poco mas de media plancha en unos 8 meses. Un apunte: aunque en el paquete pone que es picante, casi no pica así que no tengáis miedo de comprarlo por eso.

Plancha de curry de 1Kg de la marca S&B

La calle Kappabashi también es famosa por vender todo tipo de comida de cera para los escaparates de los restaurantes. Es una pasada las cosas que hacen con la cera… merece la pena pasear por estas tiendas aunque solo sea a mirar porque los artículos de cera son algo caros, aunque no nos extraña viendo el detalle que consiguen. Parecen totalmente reales!!

Una vez hechas las compras, vamos a comer a Okonomiyaki Sometaro. Pedimos un okonoimyaki Butatama por 760¥ que llevaba cerdo, repollo y huevo que nos gustó mucho, y después un Butakimuchitei por 870¥ algo más atrevido de estilo coreano con Kimchi. El lugar nos encantó, muy tradicional, todo de madera y tatami para poder sentarse en el suelo, con mesas cada una con su plancha donde te ayudan a hacer el okonomiyaki delante tuyo. El único inconveniente es el calor infernal que hace allí dentro, sin aire acondicionado y con el calor que desprenden las planchas, pero nos pareció parte del encanto.

Restaurante Sometaro en Asakusa

Okonomiyaki Butakimuchitei en el restaurante Sometaro

Con el estómago lleno, sobre las 14:30, vamos hacia Ueno en metro. Lo primero que hacemos es entrar en el parque de Ueno, hasta llegar al santuario Toshogu. La entrada cuesta 500¥, y el santuario es muy bonito decorado con pan de oro, pero únicamente se puede ver por fuera, así que la visita es muy corta. Como curiosidad, en este templo tienen unos stands estratégicamente situados para apoyar el teléfono tú mismo y hacerte fotos.

Santuario Toshogu en el parque de Ueno

Desde allí nos dirigimos al santuario Gojoten. Es un santuario dedicado a Inari, así que allí podemos encontrar las típicas estatuas de zorros, un camino de torii rojos, y varios rinconcitos con pequeños santuarios. Es de lo que mas nos gustó del parque.

Seguimos por el camino junto al lago y cruzamos el puente hasta llegar al templo Benten-do. Había bastante gente alrededor de este templo, pasando la tarde y dando de comer a los pájaros. El templo en sí es muy pequeñito, pero está rodeado de un lago con muchísimas plantas de loto y los edificios al fondo así que es curioso verlo.

De vuelta hacia la calle Ameyoko pasamos por una zona donde había puestos que vendían antigüedades que nos gustó bastante.  No parecía algo permanente, y coincidiendo con las fiestas del barrio quizá estaba montado solo en esas fechas. Paseamos por la calle Ameyoko, llena de tiendas de todo tipo, lo mismo encuentras una pescadería, como una tienda de ropa, o un bar con sus mini-banquetitas para sentarte en la calle.  La calle es famosa por vender ropa de imitación, y la verdad es que la mayoría de tiendas eran de este tipo así que nos decepcionó un poco porque no vimos que comprar, ni ningún bar o cafetería interesante donde poder parar a descansar. Teníamos apuntado el barrio de Yanaka por si nos daba tiempo a acercarnos, pero siendo ya las 5 de la tarde, hora a la que cierran la mayoría de lugares a visitar, decidimos ir al hotel a descansar.

Después de un buen descanso cogimos el metro de nuevo hasta Ueno para buscar algún sitio para cenar, ya que la zona de Akihabara no es zona de restaurantes. Ueno es famoso por su marcha nocturna, pero no sabemos si sería por ser un miércoles, o que no escogimos bien la zona, pero lo vimos todo demasiado vacío. Prácticamente estábamos solos caminando por las calles en busca de algún restaurante donde cenar. Terminamos en Densetsunosutadonya, un local de donburi donde vimos que había bastante gente. La comida se pide en una máquina expendedora, y aunque está completamente en japonés tiene fotos y un cartelito en ingles colgado en la pared donde te indican los ingredientes, así que no tuvimos problemas para hacer el pedido. Pedimos dos donburi de cerdo con un huevo crudo, y estaba bueno pero tampoco era ninguna maravilla.

Restaurante de donburi Densetsunosutadonya en Ueno

Maquina para hacer el pedido en Densetsunosutadonya

 


Aquí os dejamos el mapa con todos los sitios que nosotros visitamos en Tokio y algún otro que llevábamos anotado pero que al final no vimos

Nuestros favoritos Imprescindible
Interesante
Prescindible
Muy bueno
Normal
Malo
Lugares/Restaurantes que parecen interesantes pero que no hemos visitado